Roma, la ciudad eterna

¿Cómo llegamos?

Viajamos con Ryanair desde el aeropuerto de Girona hasta el de Ciampino. El vuelo dura una hora y media aproximadamente, por lo que no se hace pesado. Lo único criticable (y aquellos que habéis viajado con Ryanair ya lo sabéis) es que, durante todo el viaje, intentan venderte algún producto: perfumes, relojes, tarjetas de teléfono, lotería... Realmente admiro a aquellos pasajeros que, pese a la megafonía, lograban quedarse dormidos.

En el aeropuerto de Ciampino operan varias compañías de autobuses que te trasladan a Roma por un módico precio. Nosotros lo hicimos con Terravision por 4€ cada uno. En el mismo aeropuerto de Girona nos ofrecieron los billetes (compramos los de la ida y los de la vuelta, total: 16€). El precio era el mismo que en Ciampino, así que no os penséis que había alguna ventaja por comprárselos a la azafata de Ryanair que nos los ofreció. Así que nuestra recomendación es que los compréis directamente en Ciampino, porque aunque haya otras compañías un poco más caras (0,50€ más por billete), con Terravision viaja tanta gente que tienes que estar esperando bastante rato. Así tienes la opción de salir antes dirección a Roma, aunque te salga un poco más caro.

 

¿Dónde dormimos?

Estuvimos en un hotel de tres estrellas, el París (Via Firenze 57), en régimen de alojamiento y desayuno, el único que ofrecen. La verdad es que es un hotel muy céntrico, a escasos diez minutos andando de la estación de Termini, zona que ofrece gran cantidad de restaurantes.

El hotel necesitaría unas reformas, pero no tenemos ninguna queja en lo que a la limpieza se refiere. Las habitaciones tienen aire condicionado y nevera (además de televisor, claro está), aunque la nevera no enfriaba mucho.

De lunes a viernes y en turno de mañana, el recepcionista habla varios idiomas (entre ellos, el castellano); por las tardes, noches y los fines de semana, en la recepción hay personal de origen chino. Con ellos, o hablas italiano o inglés (o mandarín, por supuesto...), pero no supone ningún obstáculo.

El desayuno consistía en un bufé muy completo: cruasanes, bizcocho, tarta de fresa, tostadas, mantequilla, mermelada, miel, crema de cacao, pan para hacer bocadillos, embutidos, cereales, leche, macedonia, zumos, café... Podías comer cuanto quisieses. Además, y aunque en el bufé tenían una máquina de cafés, también te preparaban expresos y capuccino (lo que aquí vendría siendo un café con leche...) con la típica máquina de cafés de un bar o cafetería. Merece la pena ésta última opción, porque además, ello no incrementa la factura final del hotel.

 

¿Dónde comimos?

El centro de Roma está lleno de restaurantes donde comer por un precio módico. Eso sí, avisaros que en muchos de ellos cobran el servizio, que nosotros bautizamos como "la propina obligada". Aproximadamente es el 15% del total de la factura (y decimos "aproximadamente" porque suelen redondear al alza).

Nuestro restaurante favorito y que os recomendamos es La Montecarlo, en el Vicolo Savelli nº11 (cerca de Piazza Navona). No reservan mesa, pero comer allí no es ningún problema si vas a primera o última hora. Los días que podéis tener más problemas son los viernes y sábados por la noche, ya que a los turistas se les suman los romanos. Son muy generosos con las cantidades, y los precios son muy asequibles (por persona puedes gastarte entre 10-12€ y quedar ahíto). No aceptan tarjetas de crédito/débito. ¡Ah! Tampoco cobran el famoso servizio, y las bebidas son mucho más baratas que en otros restaurantes en los que estuvimos. Probad las croquetas de arroz (suppli) y las olivas ascolane (rellenas con carne y mortadela, y rebozadas).

Otro restaurante que merece la pena es el Est! Est!! Est!!!, en Via Genova nº32 (cerca de Piazza della Repubblica). Tampoco tuvimos ningún problema a la hora de comer, y no reservamos ninguna de las veces que fuimos. Los precios son muy similares a los de La Montecarlo, pero las raciones son menores. Eso sí, ¡la pasta y el calzone están buenísimos! Tampoco cobran el servizio, y aquí sí que aceptan tarjetas de crédito/débito. Tanto este como La Montecarlo cierran los lunes.

Finalmente, L'Antica Fraschetta, en Via Venezia nº17, es la alternativa a los locales de pizza al corte. Allí comen los trabajadores de la zona, ya que por 6€ tienes un plato y la bebida. La comida es variada, y como hemos indicado, es la alternativa a los locales de pizza al corte; lo recomendamos por esto, no por su calidad.

 

¿Y los helados?

Buenísimos, ¡qué deciros! Eso sí, no hace falta visitar las heladerías más famosas de Roma (como la San Crispino, en Via della Panetteria nº42, muy cerca de la Fontana di Trevi; o la Giolitti, en Via Uffici del Vicario nº40, cerca del Panteón). En heladerías no tan famosas, como la que encontraréis en el Vicolo del Cinque nº17 (en el Trastevere), os pondrán mucha más cantidad y por menos dinero.

 

¿Qué ver?

Bueno, aquí la lista es larga:

  • Chiesa Santa Maria della Vittoria (Via 20 de Settembre). En el interior encontraréis el Éxtasis de Santa Teresa, de Bernini.
  • Museo Nacional Romano. Está dividido en cuatro edificios: en Piazza della Repubblica, ocupando parte de las antiguas termas de Diocleciano; en el Palazzo Massimo alle Terme (Largo di Villa Peretti, muy cerca de Termini); en el Palazzo Altemps (Piazza di Sant'Apollinare), y en la Crypta Balbi (Via Michelangelo Caetani).
  • Chiesa Santa Maria degli Angeli (Piazza della Repubblica). Ocupa el antiguo tepidarium de las termas de Diocleciano.
  • Basilica di Santa Maria Maggiore (Via Liberiana).
  • Chiesa di San Pietro in Vincoli (Piazza di San Pietro in Vincoli). En ella se guardan las cadenas de San Pedro y el Moisés de Miguel Ángel.
  • Basilica di San Giovanni in Laterano (Piazza di Porta San Giovanni).
  • La Via dei Fori Imperiali, con el Coliseo (alquilamos una audioguía, pero el mapa que ten dan no era nada claro, por lo que no sabías muy bien qué número debías marcar en la audioguía), el Foro Romano y el conjunto del Palatino.
  • Chiesa di Santa Maria in Trastevere (Via di San Calisto).
  • Chiesa di San Pietro in Montorio (Piazza di San Pietro in Montorio). Si os interesa ver el templete de Bramante, debéis ir antes de las 16.30h (a esa hora cierran la iglesia). Eso sí, se puede ver desde el exterior gracias a que la puerta es una verja de hierro.
  • Piazza Venezia.
  • Chiesa del Gesù (Via degli Astalli).
  • Chiesa Sant'Andrea della Valle (Corso Vittorio Emanuele).
  • Chiesa Nuova o Santa Maria in Vallicella (Corso Vittorio Emanuele).
  • Piazza Navona.
  • Basilica di Sant'Agostino in Campo Marzio (Via della Scrofa).
  • Panteón (Piazza della Rotonda).
  • Vaticano. Aquí alquilamos una audioguía, pero el exceso de información nos cansó. Las entradas las compramos por Internet desde España, y gracias a eso nos ahorramos una larguísima cola (eso sí, te cobran 4€ por entrada al gestionar la venta por Internet).
  • Columna de Marco Aurelio (Piazza Colonna).
  • Piazza del Popolo, y en ella la basilica de Santa Maria del Popolo.
  • Piazza di Spagna.
  • Fontana di Trevi.
  • ...

Entre otros muchos lugares. Nosotros también visitamos Ostia Antica, y nos encantó porque es como ver Pompeya, sólo que a una escala menor. Para llegar allí subimos a la línea azul (B) del metro en Termini, bajando en Piramide. Allí debes hacer transbordo dirección C.Colombo. El trayecto (Termini - Ostia Antica) duró, aproximadamente, media hora. Realmente merece la pena, pero nuestra mayor recomendación es que no vayáis en verano. Apenas hay sombras, y ni una fuente de agua.

 

¿Algo más?

Sí: para disfrutar de Roma es mejor ir cuando no haga mucho calor, así que si podéis, evitad el verano. Nosotros estuvimos en julio, en plena ola de calor (unos dos grados menos que en el infierno), por lo que no pudimos disfrutar del todo de la ciudad. Nos salvaron la gran cantidad de fuentes que hay por toda la ciudad (que por cierto, dan un agua buenísima, rica en calcio).

Nosotros compramos las tarjetas Roma Pass (25€/persona), con las cuales entras gratis en los dos primeros sitios de tu elección (en nuestro caso, el Coliseo y el conjunto del Palatino-Foro Romano), y en los siguientes sitios accedes pagando la tarifa reducida, salvo en el Museo Nacional Romano (termas de Diocleciano, Palazzo Massimo alle Terme, Palazzo Altemps y Crypta Balbi), donde también entras de forma gratuita. Esta tarjeta tiene validez durante tres días, durante los cuales puedes utilizar el transporte público romano (metro y autobús) de forma gratuita. Existe otra opción, la Rome Archaeological Card (23€/persona), tiene una validez de siete días y con ella accedes al Coliseo, al Museo Nacional Romano (termas de Diocleciano, Palazzo Massimo alle Terme, Palazzo Altemps y Crypta Balbi), a las termas de Caracalla, el conjunto del Palatino-Foro Romano, la tumba de Cecilia Metela y la Villa dei Quintili (estas dos últimas no las visitamos). Cada una tiene sus pros y sus contras, así que os lo dejamos a vuestra elección.